Trazando mi propio camino; emprender cuando eres mujer

Trazando mi propio camino; emprender cuando eres mujer
6/3/2023
Por
Bárbara Quecedo

Hola, soy Bárbara Quecedo. Estudié Liderazgo, Emprendedor e Innovación (LEINN) en la Universidad de Mondragon en el 2011. Para el que no conozca este Grado, los cuatro años consisten básicamente en aprender a emprender. A los 18 años como la mayoría de las personas de esa edad no tenía ni idea del mundo start-up ni de lo que significaba ser un emprendedor y menos la importancia de que chicas como yo formásemos parte de este ¨movimiento¨.

De los 15 que conformábamos el equipo, 6 éramos mujeres y el resto hombres, y el ratio en el resto de equipos era parecido. Durante el Grado, no noté ningún tipo de diferencia y tampoco llegué a entender el porqué de la importancia de que hubiera mujeres emprendiendo, esto lo he llegado a valorar, una vez salí de la burbuja de la universidad y me adentré al mundo laboral “real”.

Por eso, en este artículo me apetece hablar por un lado de los retos a los que me he tenido que enfrentar personalmente y que también he visto en compañeras, y por otro lado de amigas y compañeras que me he encontrado a lo largo de este camino, que me inspiran y que creo que lo hacen muy bien y definitivamente aportan una gran diferencia como personas y como mujeres.

He tenido dos momentos diferentes a lo largo de mi vida donde he decidido emprender. La primera fue con 23 años, justo después de terminar la carrera, y la segunda ahora, con 29. He de decir que yo me he sentido totalmente libre y respetada en ambas ocasiones y que en ningún momento me he sentido inferior o he sentido algún tipo de discriminación/handicap extra por ser mujer, al revés, siempre he recibido admiración y palabras bonitas. Sin embargo, esto no lo he sentido trabajando en start-ups tecnológicas y ahora explicaré porqué.

En el círculo donde me muevo, no somos emprendedores que tenemos como objetivo ser un unicornio, más bien es todo lo contrario, nuestro objetivo o aquello por lo que luchamos es por crear algo más parecido a una PYME que a otra cosa. Donde el crecimiento sea orgánico y sostenible, podamos vivir de lo que nos gusta y nuestro producto tenga un impacto positivo. No somos emprendedores sociales puristas, pero sí que tenemos un componente social muy grande. 

He tenido proveedores asiáticos, siempre hombres, tanto antes como ahora, tradicionalmente machistas y tampoco me he sentido discriminada por ser mujer, a veces tengo dudas pero creo que siempre intentan sacar mayor beneficio independientemente de con quién estén trabajando. A dónde quiero llegar es, que independientemente de que seas hombre, mujer o tengas un componente que en la pirámide de los privilegios te haga estar más abajo, porque sí, todos sabemos que ser hombre y blanco está en la cúspide de la pirámide, como en todo; es el entorno en el que te rodeas, y yo siempre intento rodearme de un ambiente que me sume y no reste. Esto lo aplico desde los proveedores que elijo, amistades, jefes, compañeros hasta parejas.

El problema que veo, y el único que yo he sufrido por ser mujer, ha sido trabajando para start-ups tecnológicas. Cuando hay presión, se vive casi al día dependiendo de la financiación y la gente tiene una ambición demasiado grande, es cuando creo que empiezan los problemas y donde veo que las mujeres tenemos más las de perder. 

Por norma general, los managers y puestos de directivos los conforman hombres y generalmente cuando se dan las circunstancias anteriormente descritas, su estilo de liderazgo suele tender a mirar por sus propios intereses en vez de las del conjunto del equipo. En definitiva, existen comportamientos tóxicos a los que creo que habría que prestar atención para darles solución, sobre todo porque creo que cuando una mujer llega a un puesto directivo, su potencial se ve afectado. Esto ocurre, en mi opinión, porque tienen que demostrar todavía más que son merecedoras de esos puestos. Y da mucha pena.

La manera en la que nos comunicamos hacia una mujer es peor, juzgamos más fácilmente su trabajo y la verdad es que yo no he visto que eso sea igual para ellos. El tiempo que tardamos nosotras en ascender, el trabajo, esfuerzo y dedicación que tenemos que demostrar es tres veces mayor que el de un hombre. Y han sido estos factores los que me han llevado a tomar la decisión de volver a emprender, porque creo que tal y como está diseñado el sistema, éste no es el camino para conseguir mis propósitos.

Personalmente me gusta mucho trabajar con mujeres. Somos trabajadoras, constantes, también tenemos carácter sin necesidad de herir o alardear de nuestro ego, y somos menos orgullosas. En general, he visto más mujeres trabajando en los departamentos de growth pero es una pena que casi siempre sean hombres los que nos hayan dirigido, porque creo que no nos entienden, y por ende, no nos terminan de valorar correctamente.

Y en este camino, me he encontrado con 3 mujeres que quiero compartir porque tienen actitudes y valores que demuestran el potencial y el valor que yo veo en nosotras.

Antonella Briatore, es Senior Data Delivery Manager en Olympics.com y es una tremenda gestora de personas o manager, como le queráis llamar. Es una persona que sabe sacar el potencial y lo bueno de cada persona a la hora de trabajar, lo pone todo en perspectiva y lo sabe comunicar de una manera muy femenina, como una leona. Por eso tiene mi admiración total y acudo en su ayuda siempre que necesito poner las cosas en perspectiva y cuando tengo dificultades trabajando con personas, porque la verdad, no es nada fácil. 

Marta de Dalmases trabaja en el departamento de innovación en Iberia y es brillante. Tremendamente inteligente y lista, tiene mucho carisma y tiene una capacidad resolutiva enorme. En su cabeza siempre hay plan a, b, c, d, e, f, g… y nunca se da por vencida, y gracias a estar cerca de ella tengo más fuerza.

Hablando de fuerza y no darse por vencida, quiero hablar también de Gloria Gubianas. Ella es co-fundadora de Hemper, entre otras muchas cosas y nunca se ha dado por vencida con su empresa. Es perseverante, trabajadora y siempre tiene una sonrisa en la cara. Para mi es toda una inspiración porque cuando emprendes, hay más días difíciles que fáciles, y ella no desiste.

Y no quería cerrar este top 3, sin mi hermana. Que todavía no ha entrado en el mundo laboral pero tiene unas cualidades que le harán ser una tremenda compañera y lo que se proponga.

En definitiva, somos la hostia, y si no lo saben ver es que no estás en el sitio adecuado. Independientemente de si decides emprender o no, lucha por lo que quieres y te mereces y rodéate de personas que te ayuden a conseguirlo, creo que ahí está la clave del “éxito”.

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